lunes, 28 de agosto de 2017

El deseo femenino incomoda



Me ha tocado ser educada en el marco de una cultura de machismo y misoginia, desde que nací.
Me he visto rodeada de declaraciones verbales y actos, que hacen una diferencia entre los sexos, y me refiero a una diferencia insana, a una diferencia que dista de dignificar el "ser mujer" y más bien le pretende asignar roles limitados y le exige, con justificación en lo moral, ciertos comportamientos.
Hombres y mujeres practicándolo a la par.
Una mujer que actúa de acuerdo a lo que quiere, a lo que desea, se vive como rebelde, puesto que no es lo bien visto socialmente ; al menos no es lo esperado. Hay un sentimiento interior de rebeldía al desear, y más aún, al intentar consumar un deseo, al tener un sueño y querer trabajar en él. Es mi caso.
Hablo de una rebeldía natural,  donde se busca protegerse de la desaparición como sujeto, de ser tragado por el otro.
No sé si todas las mujeres que comparten mi entorno, pasen por esto o cómo lo vivan; hablaré de lo que yo he pasado.
La necesidad de poner en palabras, de simbolizar, lo que ha sido mi realidad desde hace muchos años, de que exista un registro de todo un proceso que he tenido que vivir, para reconocer en dónde he estado parada y cómo me he visto afectada por esto, sin poder siquiera, reconocerlo, hasta que mi proceso personal, hoy en día, me lo ha permitido.
Y que eventualmente, puede ser la realidad, de algunas de mis congéneres, porque me refiero a la disparidad social con que se nos ha tratado, por cuestión de GÉNERO.
Escribo esto con las entrañas, y con lágrimas en mis ojos.
Muchas veces he sentido un enojo visceral, cada que se me recuerda mi condición "limitante" de ser mujer y una indignación permanente, a este respecto me acompaña,  por todo lo que me ha sido negado y ha puesto a prueba mis recursos personales, de una forma cruel.

Le demando a la sociedad, el que no pueda ser libre de desear sexualmente como un hombre, sin el riesgo a ser llamada de forma peyorativa, y esto va desde el número de parejas sexuales, que en un hombre, no tiene relevancia (solo para presumir,) pero en una mujer, sí.
Entre más parejas tengas "menos vales" como si el valor de una mujer residiera en lo físico, como si lo único valioso que tuviera para compartir fuera su cuerpo, como si solo fuera un objeto a disposición para placer.
Y esto tiene efectos en la libertad con la que una mujer disfruta o no una relación sexual, por Dios, hay mujeres que nunca han experimentado un orgasmo y han tenido relaciones sexuales por años, hay mujeres que no experimentan deseo sexual y están ahí, "cumpliendo"con el esposo.
Nuestro cuerpo va cargado de eso.Hemos sido tratadas como objetos.
Un objeto no puede desear, ni experimentar placer.
Yo, me he podido ver bien librada, de ciertas situaciones, pero no siempre, y no del todo.

Le demando a la sociedad que no pueda tener amigos del sexo opuesto, sin que piensen que siempre hay un interés sexual detrás, le demando a la sociedad, que no pueda decidir libremente si deseo o no ser madre, sin ser juzgada, de no ser "tan mujer".
Le demando haber sido menospreciada con frases como:
"Si no sabes cocinar, nadie te va a querer"
"Debes aguantarlo porque es tu esposo"
"Lo único que debe importarte en la vida, son tus hijos, tú ya viviste "(como si estuviera muerta, como si ser madre fuera condición de matar al sujeto mujer)
"Si te pega, es por algo"
"Ya te cogió, ya no te va a querer"
"Así con hijos, solo te quieren para coger"
"¿Cómo le vas a hacer sola? necesitas un hombre a tu lado"
"Ya tuvo lo que quería de ti m'ija, ya perdiste"
"No entregues tu cuerpo a cualquiera" (una mujer debe tener relaciones sexuales a condición de acto de amor, no por mero placer, eso es exclusivo de los hombres).

A todos nos gusta, que nos quieran, nos admiren, nos ACEPTEN, es decir, experimentar el amor en mayor o menor grado. Si no, ser amado, al menos, no ser destruido.¿No?
Fue así como conseguimos quedarnos a vivir en este mundo , porque alguien nos aceptó , nos brindó su mirada, sus palabras y lo necesario para que nuestra vida fuera posible, (comida, abrigo, etc...).
Y esto...esto, es lo más triste de todo; el tuétano de como vivimos esta desigualdad de GÉNERO, para mí, el punto al que quería llegar.
Esta necesidad básica de un sujeto, de ACEPTACIÓN, no sé si sea parte de la adaptación, supongo que sí, no ser devorado, subsistir (primero la integridad física, luego la integridad psicológica).
Esta necesidad de aceptación social, que empieza en lo familiar y se va extendiendo a círculos más amplios, nos hace partirnos, dividirnos, nos destroza por dentro; en el mejor de los casos o en el más sano de los casos, en el peor, nos devora completas.
La culpa, arrasa con la energía vital, la culpa toma de rehén la psicología del sujeto, sus afectos y con ellos sus funciones cognitivas, atención, memoria, etc, etc.
Una mujer tiene que luchar por sus deseos, contra la sociedad, sí, de alguna manera, pero la peor lucha es la interna, aceptarse con sus deseo que difieren de lo socialmente aceptable, debe ser una rebelde , si quiere realizar sus deseo, debe luchar con su culpa, si es que puede.

Lo bien visto, lo socialmente aceptable, provoca, incita, en las mujeres, que se separen de sus cuerpos, que se desconecten, que queden cuerpos sin deseo (anorgasmia, frigidez, sequedad vaginal y cualquier forma de disfunción sexual) y deseos sin cuerpos. (inhibición, de cualquier tipo, social, laboral, creativa, etc...) el acto psíquico que está detrás de estos estados psicológicos patológicos, que impiden una vida plena y felíz, es LA CULPA, La vieja y cotidiana culpa.
Deseo, pero con culpa y entonces eso debe salir de aquí, o de mi cuerpo, o de mi psique, es intolerable par ala conciencia, es decir, o dejo de desear, lo suprimo, lo sofoco, de mi mente consciente o el cuerpo me deja de responder a condición de aislar ese deseo culposo.
"Si fuera buena, entonces no desearía tal cosa..." entonces soy mala...entonces para "ser buena" necesito expulsar ese deseo de mí...hablo desde lo social, desde lo compartido, lo que podemos constatar que está ahí, que nos ha frenado y pudiera parecer superficial o reduccionista este punto de vista, de inhibición del deseo, no es mi intención, sé que esto se vive de forma diferente en cada sujeto, que tiene que ver con su historia personal el cómo viva estos adeptos sociales, que tiene que ver con su desarrollo psicosexual con los recursos personales que le procuró su crianza o la falta de ellos y que esto se resignifica en la adultez, en la adolescencia, cuando empieza a tener un papel en lo social, sé que tiene que ver con su estructura psíquica el cómo solvente estas cosas, que habrá que escuchar el caso por caso y que será muy particular, muy subjetivo el cómo lo vive cada quien, y que eso dependerá en gran medida, de lo que ese sujeto pueda hacer o no, con esa historia, si sea capaz de resolverlo de forma individual , de simbolizarlo por medios propios exclusivamente o tenga que asistir a recibir ayuda psicológica y me atrevo a decir que muchas personas que han ocupado ayuda psicológica , no la han podido pedir, sea por el motivo que sea, por tabú, por ignorancia, o por el propio statu quo de la neurosis, como parte del síntoma de "no poder"hacer algo al respecto.

Un sujeto que creció con culpas no solventadas, no resueltas, no sostenidas de ninguna manera, será, más fácil de enganchar en estas retrógradas concepciones respecto a lo femenino. No sé si me esté dejando entender, pero confío en que cada uno, entenderá para bien propio, mis palabras, que desde que las pronuncio me dejan de pertenecer, es decir, cada quien podrá interpretar de acuerdo a lo que su propia estructura, su propia personalidad, le permita.






¿Es mío mi cuerpo?


¿Te has puesto a pensar lo que implica, que tú, mujer, le llames puta a otra mujer, que no es prostituta de oficio?

¿Porqué puta? ¿Porqué nos llamas así? si le dices a una, se lo dices a todas. ¿Porqué?

¿Por expresar su sexualidad? ¿O sin siquiera expresarla? 
Solo por ser mujer, y ser ésta la forma más peyorativa en que cualquiera de nosotros pueda ser nombrada.

¿Porqué merece ser el deseo sexual femenino, soslayado de esta manera? ¿Porqué la mujer no puede ser libre en su sexualidad, sin un costo social?

¿Porqué una mujer tiene que justificar su actividad sexual, de alguna manera?

Está normalizado el soslayo del deseo femenino y esto ha sido y es, una carga, un peso, en mi cuerpo y en el de mis congéneres.

Sí puedes sentir, pero en este contexto, sí puedes desear, pero en estas condiciones.

Tu cuerpo, "es tu cuerpo", pero no lo podrás vivir o disfrutar libremente.

¿Mi cuerpo, es mi cuerpo, realmente? 

El deseo sexual está bien que aparezca, pero el único contexto socialmente aceptado, es el del amor y 

hasta cierto punto, es una idea moderna, ya que antes debía ser solo bajo el régimen del matrimonio.

¡Esto le pesa al cuerpo!,¡nuestros cuerpos cargan estos preceptos, lo queramos o no!.

Si bien es cierto, que hay mujeres que bien libran estos estigmas sociales, no todas y no siempre.

Hasta las mejor libradas han tenido que vencer a la culpa.

Ejercer la sexualidad libremente no necesariamente es "darse permiso" de tener varias parejas sexuales, son dos cosas diferentes, ésta última bien puede no ser en absoluto libre internamente y en un acting out (término psicoanalítico para designar la repetición de lo reprimido, donde el sujeto actúa aquello que por la represión de los significantes no puede recordar) es decir lo que no puede resolver internamente, lo intenta "resolver" por vía del acto, es un, ponerlo en escena.

Aquella mujer que ejerce su sexualidad libremente lleva por fuerza, una rebeldía en sí.

Aquella mujer que logra disfrutar su sexualidad vaya ligada o no, al terreno de lo amoroso, ha 
triunfado sobre los preceptos sociales.

Albergar para sí, inconscientemente, el mote de "puta" aunque defienda a capa y espada su "libertad sexual" ante lo social, puede ser uno de los costos.

He tenido oportunidad de escuchar suficientes discursos femeninos, en diversos espacios, muy distintos entre sí, algunos muy cotidianos y otros de índole profesional y he podido atestiguar que, la sexualidad femenina, es un tabú, es un tema muy espinoso.

Una mujer no es socialmente libre de desear, principalmente en lo sexual, aunque esto, se desplaza a otras áreas.
Pueden aparecer discursos tardíos donde se le da un lugar a éste deseo, pero le antecede, casi por regla general, un discurso ya inscrito en el cuerpo, que trasciende, incluso, al cuerpo.

Y tenemos que la frigidez, la anorgasmia, la falta de excitación sexual, la anestesia histérica, crónica o transitoria, son el pan de cada día de casi cualquier mujer. No de todas y no siempre, pero basta abrir una charla con cierto grado de intimidad y confianza, sobre el tema sexual con cualquier mujer,  y podremos constatar en mayor o menor medida esta realidad femenina compartida .

Caminamos como cuerpos divididos, el deseo desconectado del cuerpo...el cuerpo que no responde al deseo, o un deseo que no encarna en un cuerpo.

¿Qué tiene que vivir una mujer, para que pueda ser libre sexualmente?

¿Será posible conjugar el sentirse buena mujer, con ser una mujer amante libre?

¿Tiene que estar ligado el deseo femenino al terreno de lo amoroso? 

Claramente, el deseo masculino, se establece diferente. Claramente tienen permiso social a priori, para ejercer su sexualidad.

También tiene un costo, pero no me ocupa en este breve espacio abordar al respecto.

Ser mamá, ser mujer, ser "buena mamá" "ser buena mujer", es muy costoso en el cuerpo.

Sé de mujeres que no han experimentado orgasmos; no así, en los hombres.

Palabras inscritas en la piel de un cuerpo que resulta desconocido; el propio.

¿Es realmente mío mi cuerpo? ¿Qué batalla tiene o ha tenido que librar cada una, para reclamar lo que siempre ha sido suyo y a veces experimenta como ajeno?